Planes reguladores y sostenibilidad: Ciudades resilientes frente al cambio climático
El norte de la planificación urbana es construir ciudades resilientes ante los impactos del cambio climático
Julio 2025
La relación entre los planes reguladores y la sostenibilidad es mucho más estrecha de lo que las personas creen, ya que el norte de la planificación urbana es construir ciudades resilientes ante los impactos del cambio climático.
El contexto actual, marcado por fenómenos extremos como olas de calor más intensas y eventos climáticos cada vez menos predecibles, exige que la planificación urbana trascienda las necesidades inmediatas. Hoy más que nunca, planificar implica anticipar. Las ciudades necesitan adaptarse y transformarse para enfrentar los desafíos ambientales del presente y del futuro.
Cuando los planes reguladores estructurales se integran con enfoques ecosistémicos, normas técnicas actualizadas y herramientas de gobernanza local, pueden aumentar significativamente la capacidad adaptativa de las comunidades. Ejemplos como la reconversión de áreas verdes en zonas de captación pluvial, o los códigos urbanos que incluyen elevaciones mínimas para evitar inundaciones, evidencian que la sostenibilidad urbana no es solo técnica: también es social.
En Costa Rica, más de 20 cantones ya avanzan en la formulación de planes municipales de adaptación climática, incorporando variables como la infraestructura hídrica, la protección de zonas costeras y la gestión de riesgos, en coordinación con organismos como el PNUMA y el MINAE.
Durante el programa, especialistas invitados comparten experiencias y herramientas que permiten integrar la variable climática en la normativa reguladora. Se abordan estrategias que van desde la exigencia de análisis de riesgo en nuevos desarrollos, hasta incentivos para construcciones sostenibles y la protección activa de corredores biológicos.
El encargado de la Unidad de Asesoría y Capacitación del INVU, Delio Robles, indicó que, “un plan regulador no puede ser ajeno a la crisis climática. Debe convertirse en un instrumento vivo, con visión territorial, que promueva soluciones basadas en la naturaleza y una gestión justa del territorio para todas las personas.”
Es importante recordar, la necesidad de fortalecer la coordinación interinstitucional, garantizar la participación ciudadana y adoptar un enfoque de equidad territorial. Estos son elementos esenciales para que los planes reguladores no solo ordenen el uso del suelo, sino que también promuevan la justicia ambiental, la resiliencia y el bienestar colectivo.